Inevitable/inagotable, cierto concierto | 2014
Sobre la obra
comentario de Valeria Pagola
Esta obra la mueve un anhelo profundo de libertad y un deseo de contagiar el disfrute que produce la entrega al ritmo, a la música y al instante presente. Me gusta pensar este trabajo como una suma de pequeños desafíos que en su conjunto generan una trama compleja, que absorbe mi completa atención, inmersa en tantos detalles el presente en escena se torna para mí contundente, inevitable e inagotable.
El espíritu lúdico sostiene esta búsqueda, me ampara y me anima al encuentro con cada sonido, que a su vez despierta otro sonido, que suscita un canto, un movimiento o una armonía que sin duda nunca es igual. Sutilezas del día y de la noche me habitan función a función y es esa adrenalina del “vivo” lo que me entusiasma cada vez.
En su primera instancia este trabajo deseaba llevar a escena la investigación cimentada en la improvisación mediante el encuentro espontáneo con los instrumentos, mi voz y mi danza, con el tiempo y los ensayos nos dimos cuenta que orgánicamente se desencadenaban ciertos juegos con ciertas reglas rítmicas y armónicas, entonces estos fueron consolidándose en escenas y a su vez en piezas musicales, entonces se tomó la decisión de moldear un esqueleto y darle a la obra el formato de concierto, un “cierto concierto”. En cuanto a la danza, desprovista de cualquier bosquejo mental, se desata por el solo placer del encuentro con la música que me mueve en simples direcciones.
Formada como bailarina y cantante me desembarazo de roles y rótulos, tornando presente el sueño de convertirme en mi propia orquesta, o literalmente en una “mujer orquesta”. La alegría autosustentable de envolverme con toda esa música simple, realizada con muy humildes conocimientos musicales pero a la vez concreta, me arroja literalmente al juego en cada función.